He aquí "Don Ernesto" personaje clásico de la teleserie llamada "La Fiera", desarrollada en el archipiélago de Chiloé (sur de Chile).
Se transmitió a finales de los 90', y para quienes crecimos en esta época bien sabemos que las teleseries eran el momento de encuentro familiar; la hora comprendida en que "habías acabado la tarea" (o según la época, veías mekano, o amigas y rivales, o el cable si tenías esas posibilidades pagando o estando colgadx) y la hora antes de que dieran las noticias.
Las teleseries eran tema de conversación en familia y/o de la escuela con las amigas, las vecinas, las primeras, etc. Pues el director Sabatini nos invitaba a través del humor y el amorsh romántico a mirar críticamente una serie de escenarios sociales, políticos y culturales que en el país se iban desarrollando.
De este modo, en la Fiera, este personaje Don Ernesto, empresario Naviero, quizá no el más millonario pero sí con dinero suficiente para mantener una casa, sus alimentos y un ·buen "estándar de calidad de vida", se caracterizaba por ser ciertamente autoritario, posesivo y muy tacaño. Él estaba casado con la Rosita, migrante del norte, mujer de personalidad sencilla, bondadosa, tranquila y sumisa.
Para muchas/os ver estos vídeos de don Ernesto son una excusa ideal para reír, ya que es un humor conocido, nostálgico. Sabatini nos presentaba esta forma patriarcal del ser de Don Ernesto a través lo cómico, lo cual nos evocaba a muchas/os a realizar un ejercicio de resiliencia, pues la realidad tristemente en muchos casos supera la ficción.
Este personaje posiblemente refleja muchos honvres que hasta el día de hoy actúan de tal manera ¿quién imaginaría que aún existe la violencia económica en esos términos?. Quizá nos dejaríamos de reír con Don Ernesto si conociéramos realmente las violencias que se viven en muchas de las casas, quedando tan privadas, tan ocultas, tan silenciadas.
En este vídeo Ernesto habla de la economía familiar, porque él en su rol de Jefe de hogar es el que provee y prevee, lo cual lo dota para poner candado en el refrigerador y repetir reiteradamente ¡tanto derroche digo yo! Sí amigas, nos da risa, pero yo crecí con un padre hijo de su tiempo también y que pese a todas sus buenas intenciones , sin duda marcó mi vida, la de mi mamá y la de mis hermanos. Muchas cosas buenas logro hacer "gracias a sus ahorros y el control absoluto de la economía", pero ese fue el coste de que mi madre tuviera que vivir décadas inventando boletas para cubrir gastos "considerados innecesarios", pasando interrogatorios altamente incómodos cuando algo no calzaba.
Yo no viví con el refri con llave, pero sí la despensa, e incluso un tiempo llegó a cerrar la puerta del baño que tenía el agua caliente; bañarse todos los días era un lujo y una irresponsabilidad ambiental (por su lado tenía razón hoy de grande lo puedo comprender, de pequeña tocaba atender no más, y/o buscarse las formas de sacar la llave para abrir esa puerta, sin embargo, obvio que no justificaré el modo "de sus enseñanzas y cuidados"). Estos son sólo algunos ejemplos de entre muchos más que podría seguir contando y que para el día de hoy me resultan anecdóticos, fuentes de aprendizaje, etc. Pero para mi madre ¿será tan así?... Cuándo murió mi papá ¿saben lo que le significó ser "dueña" del dinero de la pensión?, no lo podía creer. Por fin a sus más de 60 años pudo gestionar a su pinta la platita. Fue libre, hizo y deshizo, y ahora ya ni se las puede con las cuentas. En su libertad quedó atrapada ante este sistema de mierda económico que te hunde en la vida misma. Pero ella, pese al eterno endeudamiento, finalmente sonríe,tiene la fortuna de contar con el respaldo de su familia...pero ¿qué pasa en los otros cuantos casos que no resulta así? Donde no hay pensión, donde no hay apoyo ni red familiar...por aquí lo dejo...
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