Secciones

martes, 3 de diciembre de 2019

Colectiva BioReconstruye Chiapas. Modelo de resiliencia comunitaria: territorio, memoria y género.

Chiapas es, históricamente, un estado con altos índices de marginación y desigualdad: tres cuartas partes de la población se encuentra en pobreza y casi un tercio en pobreza extrema (Red TDT, 2017).
Hace 2 años, el 7 de septiembre del 2017, un terremoto con magnitud de 8.2 sacudió la Costa de Chiapas, afectando fuertemente a varios Estados de la República, siendo Chiapas el segundo más dañado después de Oaxaca. Con afectaciones a 122 municipios (Red TDT, 2017), de los cuales 24 fueron declarados en emergencia extraordinaria, destacando las mayores afectaciones en Tonalá, Pijijiapan, Arriaga y Villaflores. En total 60 mil viviendas dañadas, de las cuales 14 mil fueron identificadas como pérdida total (Documental Ambulante A.C., 2017).
En ese ambiente de desamparo y precariedad el Presidente de la República de ese entonces, Enrique Peña Nieto, hizo declaraciones a los medios masivos donde afirmó que los daños a las viviendas si bien habían sido por el fuerte sismo, éstos eran consecuencia de que las viviendas estaban hechas de adobe (Zatarain Karina, 2017). Aquellas declaraciones tuvo efectos tanto en los Censos Federales porque fueron evaluados los daños con un sesgo discriminatorio hacia las viviendas de adobe por encima de las construcciones convencionales, como en la inmediata demolición de las viviendas de adobe con ayuda de los militares, empresas locales y vecinos de la comunidad.Aumentando así el miedo e incertidumbre en las familias afectadas. 

Dichas acciones desacreditaron los saberes constructivos vernáculos y tradicionales, atentaron sistemáticamente contra los valores culturales y los modos de vida de los habitantes de la región. Impusieron a modo de “doctrina del shock” la demolición de sus viviendas y el uso de materiales industrializados a las familias afectadas. Condicionándolas a recibir el programa de Gobierno que con discursos asistencialistas  que hablan de apoyo o ayuda, y que en lo concreto sólo generan una dependencia hacia el Estado.

En el momento en que empezaron a otorgar el recurso FONDEN (Fondo de Desastres Naturales) se observaron irregularidades y omisiones en los procesos, hubo personas que fueron censadas y no recibieron el apoyo prometido. No fueron consideradas las condiciones culturales de la población, donde las familias comparten los terrenos de tal forma que un predio es habitado por dos o más familias, pero las condiciones del Fondo determinaban que el recurso sólo podía ser entregado a una persona por predio. Las reglas de operación del FONDEN impidieron la realización de un segundo censo y, al mismo tiempo, las autoridades no ofrecieron respuestas alternativas para las familias afectadas que no recibieron el recurso (Red TDT, 2017).

Por la falta de información y de medidas de prevención por parte del Estado, se sigue observando muy poco o nulo conocimiento sobre la situación de riesgo que significa habitar un territorio considerado altamente sísmico. A dos años de los sucesos, las comunidades afectadas han normalizado los daños en sus viviendas, lo que evidentemente ha aumentado la vulnerabilidad ante posibles futuros desastres.

La Colectiva BioReconstruye Chiapas, surge como una respuesta espontánea por parte de la sociedad civil que, a diferencia de éstas lógicas estatales, proponía un apoyo que fomentase la autonomía y la relación armónica con el territorio. Siendo este último factor uno de los más importantes a la hora de disminuir la vulnerabilidad y generar resiliencia comunitaria, a través de la  bioconstrucción, tecnologías apropiadas y agroecología.

Luego del trabajo de 2 años en las comunidades de Pijijiapan y Tonalá, hemos entendido que para lograr un manejo integral de desastres es primordial considerar la perspectiva de género como un eje central, pues las mujeres son agentes fundamentales en la capacidad de gestión comunitaria, dado que su experiencia organizativa para sostener la vida es esencial a la hora de reaccionar y prevenir un desastre. Dicha organización femenina, encargada de la reproducción, manejo de recursos y cuidados se mantiene invisibilizada por el sistema capitalista-patriarcal, por lo que se hace imprescindible que tenga un papel central en la toma de decisiones. De la misma manera, esta organización invisible tiene sus bases en los vínculos comunitarios y es este tejido social uno de los factores protectores más importantes para asegurar la reducción del riesgo. Esta perspectiva comunitaria nos proporciona las herramientas participativas para generar un intercambio entre la colectiva y la comunidad, en un ejercicio de ecología social.

Actualmente la Colectiva se encuentra realizando una campaña de micromecerazgo en la plataforma de Goteo.org (https://www.goteo.org/project/modelo-de-resiliencia-comunitaria) para poder continuar con los trabajos de rehabilitación de casas de adobe, de prevención de riesgos y  recuperación de la memoria histórica de las generaciones que las han habitado.

En la bioreconstrucción y en la rehabilitación de viviendas dañadas de adobe hay una postura política y moral donde la salud, naturaleza, vida social y cultural se ven beneficiadas. Además, promueve la autonomía constructiva por parte de las comunidades. Es primordial para la conservación de la identidad cultural campesina que en el patrimonio arquitectónico se incluyan las formas vernáculas rurales, ya que, en lugar de ello, se suele concentrar la atención en los ambientes urbanos, como los centros históricos, los cuales narran la historia colonial, explotadora y extractivista.

A pesar de que la construcción ha sido por mucho tiempo y en muchos lugares del mundo exclusivo para los hombres, promovemos que conocerla y formar parte de su ejecución nos puede ayudar como mujeres a tener mayor participación en la toma de decisiones en cuanto al diseño, composición y funcionalidad de nuestros hogares y entornos.

Conociendo nuestro cuerpo y mente, utilizamos nuestra fuerza, inteligencia y habilidad, para manifestar un sueño a algo tangible y material. Conociendo nuestro relación con el territorio comprendemos cual es nuestro nuestro rol para cuidar y defender la vida. La Bio-reconstrucción puede volverse una herramienta para el empoderamiento y la autodeterminación, al sentirnos participe de la creación de nuestros universos. Al recuperar la memoria histórica de nuestras tradiciones constructivas, las valoramos, promovemos nuestra autonomía y tejemos lazos comunitarios que caracterizan la política femenina.







Para más información sobre la Colectiva les invitamos a visitar sus redes sociales y de contacto:

Facebook: BIOreconstruyeMXchiapas

e-mail de contacto: bioreconstruyemxchiapas@gmail.com

Instagram: bioreconstruyemxchiapas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario