El nuevo pacto
por la paz, levantado y cocinado en el ex congreso es una muestra de cómo y
nada se aprende de la historia. “Chile la alegría ya viene” persiste siendo una
idea que aún no se concreta. Cocinar un acuerdo por una nueva constitución a espalda de los movimientos sociales, que en
gran parte gestaron el estallido en
Chile, es recaer en lo que vivió el país con su retorno falso a la “democracia”;
una democracia pactada, neoliberal y que
ha reducido todo a elecciones acríticas.
Visualizamos este
acuerdo como un enésimo “montaje de paz”, que es ilegítimo porque el gobierno y
los políticos cómplices no han asumido la responsabilidad de asesinatos,
mutilaciones, torturas y violaciones. La actual institucionalidad no es una
interlocutora válida y tienen que salir a renunciar ya.
Asumir este pacto
de paz como algo válido implica dejar en la impunidad las sistemáticas violaciones
a los DDHH y el terrorismo de Estado ejercido. Se estaría normalizando la violencia
y la muerte, al igual que ocurrió con el
pacto de la democracia que hizo la concertación en el 89 con el dictador. Es necesario
aprender de la historia y no aceptar negociaciones con terroristas asesinos que
privilegian sus intereses económicos por sobre el bienestar del pueblo.
Ante este
panorama, quienes nos posicionamos como
feministas antirracistas y anticapitalistas nos negamos a quedarnos en la
discusión progresista de esta “nueva constitución” maniatada:
1-
Porque
estará escrita por manos ensangrentadas y por manos que han decidido respaldar
y ser cómplices de toda la violencia orquestada por parte del estado chileno.
2-
Porque
las mismas personas que piensan escribir la constitución no tienen ni tendrán
la voluntad de cambiar desde la estructura el sistema socio económico que nos “sostiene”
al día de hoy, eso significaría renunciar a sus verdaderos intereses.
3-
Porque
si se escribe una nueva constitución debe ser a partir de los intereses reales
del pueblo en donde son las organizaciones de base las protagonistas de la historia. Las voces
feministas, indígenas, pobladoras y de los diversos movimientos sociales son
las que deben hacerse eco en cada paso.
Atendiendo a
nuestro posicionamiento, hacemos un llamado a la sociedad civil a no bajar los
brazos, no dar marcha atrás y a continuar manifestando nuestro descontento y
rabia ante el sistema que nos cobija. A este gobierno y a todxs los que sean
cómplices de la violencia ejercida al pueblo se les hará saber que las
feministas NO PERDONDAMOS NI OLVIDAMOS lo ocurrido durante estas semanas y los
30 años de mal llamada democracia. La violencia sistemática de la cual hemos sido testigo y víctimas será nuestro pujante para dar cara y alzar la voz y no cansarnos de decir YA BASTA.
"Ya estamos: Las Calilas, Las Mojojo, Las Maiga, TODAS, TODAS,TODAS"
#RenunciaPiñera
#AbajoElMalGobierno
#ChileDespertó
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